4/6/12

Aquellos polvos traen estos lodos (y 3)

"Retrato de un empresario acompañado de sus amigos de verdad...", fotocomposición de ExVoz 
En los sucesivos despilfarros económicos en los que han incurrido los gestores de La Voz de Galicia SA, cabe mencionar los que se produjeron en la época en que dirigía las empresas del grupo el hijo de Santiago Rey, Emilio Rey Berguer, sirvan como ejemplo, unos cuantos datos:
--- En 1995, al separar las emisoras de La Voz de Galicia de la cadena Antena 3 Radio, se amplió la cobertura autonómica de Radiovoz y se creó una pequeña cadena de ámbito estatal, con una central en Madrid y presencia en varias autonomías, lo que tuvo un coste inicial de 1.600 millones pesetas. Basta como muestra de los gastos que el jefe de deportes de Radiovoz, Gaspar Rossety, tenía un sueldo de 40 millones de pesetas anuales.
--- En 1997, el Grupo Voz puso en marcha La Voz de Baleares, con una inversión de 1.200 millones de pesetas. Esa cabecera no llegó a cumplir un año en el mercado y su máxima difusión fue de 700 ejemplares de venta diaria en quiosco y, además, en menos de doce meses tuvo tres directores.
--- En 1998, el Grupo Voz compró la cabecera de Diario16, por la que pagó 700 millones de pesetas, pero el o los abogados "iluminados" y los directivos que dieron el visto bueno a la operación (el máximo responsable administrativo de la sociedad anónima durante ese episodio era el actual alcalde de A Coruña, Carlos Negreira) se olvidaron de comprobar en el registro las deudas que arrastraba la cabecera, por lo que meses después el gasto ascendió a 4.300 millones de pesetas.
--- Ese mismo año, también fracasó el proyecto de Diario Deportivo Meta, con ediciones en A Coruña y Vigo.
--- Diario16, donde Luis Ventoso y Carlos Agulló se foguearon como máximos responsables periodísticos y "estrategas" de un medio de información, cerró en el 2002 debido a que las pérdidas eran tan elevadas que podían afectar a la propia supervivencia de La Voz de Galicia SA.
--- Al abandonar el Grupo Voz y romper con su padre, Emilio y Santiago Rey Berguer apenas fueron indemnizados porque exigieron al padre que, a cambio, fuera generoso con su primera esposa, a la que había sido reiteradamente infiel; motivo por el que la expulsión de los dos hijos costó a La Voz de Galicia SA una fuerte suma para que el editor recuperara el paquete de acciones que estaban en manos de su exesposa y así, de paso, no indemnizar como debía a sus hijos ni liquidar la legítima que les corresponde.
--- En los años noventa, cualquier empresa que se preciara debía disponer de avión privado, o eso decían los enamorados de las burbujas, de modo que el Grupo Voz también adquirió el suyo. El aparato fue malvendido cuando Emilio y Santiago Rey Berguer fueran expulsados de la empresa.
Objetivo: Crear una realidad paralela para el editor
Cuando Santiago Rey Fernández-Latorre retomó las riendas del Grupo Voz, en la primavera del 2001, parecía que se pondría fin a los excesos cometidos con anterioridad, pero poco a poco el círculo de altos directivos fue encerrando al ya propietario único del Grupo Voz en sus "aposentos", apartándolo de los empleados y el empresario fue perdiendo contacto con la realidad de la empresa.
Como ejemplo de lo que ocurrió sirva recordar que se creó un departamento de seguridad que organizaba las entradas y salidas del presidente, que iba y venía precedido y rodeado de ayudantes y guardaespaldas que impedía o dificultaba cualquier contacto entre el empresario y los empleados "vulgares".
Fue también entonces cuando el Grupo Voz fichó por segunda vez a José Gabriel González Arias como consejero delegado (por aquel entonces era miembro de la alta dirección de El País). El sueldo de González Arias era, redondeando, de 300.000 euros anuales, nada del otro mundo si se compara con algunos de los salarios que cobran varios miembros de "el grupito", pero tenía un blindaje por rescisión de contrato cifrado en 1,2 millones de euros.
En el 2008, el presidente cesó a González Arias por motivos absurdos. Santiago Rey, aparte de ser un empresario "caprichoso", se cree casi todo lo que le dicen... Y pagó la cláusula.
Para satisfacer a Santiago Rey Fernandez-Latorre, los entonces primeros miembros de "el grupito" empezaron a organizar la realidad paralela en la que sigue instalado el presidente de La Voz, para lo que convocaron grandes eventos, actos sociales con personajes de postín, así como celebraciones y fiestas varias para mayor gloria del presidente.
Visto desde el exterior, nada hacía presagiar que el sexto periódico de España acabaría necesitando socorro financiero y recurriría al despido de decenas de trabajadores.
Entre otros eventos y grandezas, cabe subrayar los festejos de los premios Fernández-Latorre, las convocatorias de Voces de Galicia y de las emulaciones que organizaban las delegaciones, etcétera y etcétera; destacando los continuos nombramientos de Santiago Rey Fernández-Latorre como hijo adoptivo de tal o cual municipio.
Hubo períodos durante los que daba la sensación de que no habría fechas suficientes en el calendario para tantos homenajes y distinciones.
¿La última jornada de gloria? 
El número uno en el hit parade de las celebraciones se vivió en el 2008, cuando los fundadores de "el grupito" organizaron el 70º cumpleaños del presidente.
La fiesta, celebrada en las instalaciones del Museo de La Voz, en Sabón, reunió a personalidades llegadas de todos los puntos de Galicia y del resto de España.
Asistieron todos menos aquellos a los que el presidente decía considerar "mis amigos más queridos": los trabajadores, que se tuvieron que contentar con observar desde las ventanas de los edificios de la rotativa y de la redacción la llegada de tan altas personalidades, de modo que pese a no asistir a la fiesta pudieron disfrutar de los fuegos artificiales y oír las interpretaciones musicales.
El momento cumbre de aquel magno evento fue cuando se apagaron las luces del museo y descendió por la escalera la cantante Salito (hija de la nueva esposa del presidente) ataviada estilo Marilyn e interpretando el famoso "Happy birthday Mr. President", con los invitados e invitadas vestidos de esmoquin y ellas, de largo.
Al Grupo Voz le sobraba dinero para organizar ese alarde y más. Eso parecía. ¡Apariencias!
Mucho se puede contar sobre cómo la poderosa Voz ha caído hasta donde hoy está y mucho se puede añadir para demostrar que está más que justificado el temor a que siga cayendo... O la empresa sea vendida al mejor postor.
Firmado, Suscriptor.
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ENLACE a la crónica publicada en GC Tendencias: «Os gastos do Grupo Voz».