9/11/12

La obsesión anti-Lendoiro constata que los rectores de La Voz han perdido la sensatez

Portada de la edición digital (arriba) del periódico
y primera plana de la edición impresa
El pasado mes de mayo, en ExVoz comentábamos que el desencuentro y la animadversión mutua entre La Voz de Galicia SA y el Deportivo de La Coruña «constituyen un despropósito mayúsculo, pues una de las partes enfrentadas utiliza el club de fútbol y la otra, desde La Voz, arremete contra el Dépor por motivos que en la mayoría de las ocasiones eran y son contraproducentes» para el propio periódico y su credibilidad.
Cientos de socios, abonados y simpatizantes del club (con independencia de la opinión que tengan de lo que hace y dice el presidente de la entidad) han dejado de comprar o de leer La Voz a causa del agresivo seguimiento informativo que hace de los avatares societarios del Dépor, y la mayoría de los que todavía compran o leen La Voz han llegado a la inevitable conclusión de que la insistencia en dar máxima cobertura y difundir reiteradamente opiniones anti-Lendoiro carece de justificación desde un punto de vista informativo y empresarial.
Esta semana, a raíz de que la Hacienda pública haya embargado todos los ingresos del Deportivo, La Voz no se ha limitado a informar y contextualizar el hecho, sino que ha convertido el episodio en un acontecimiento histórico de dimensiones desproporcionadas.
El espacio y la sobreabundancia de textos dedicados al episodio durante las tres últimas jornadas indican que para los responsables de La Voz de Galicia SA el problema que afecta a la sociedad anónima deportiva coruñesa es la noticia más relevante de la semana, acaso del mes y, de seguir así, también del año.
Los problemas económicos del club parecen haber causado enorme alegría al editor y al director de La Voz de Galicia SA, así lo apuntan el carácter casi festivo de lo publicado y el desmesurado espacio que los medios del Grupo Voz dedican a los males que amenazan el futuro de una de las entidades con más solera y apoyo social de la ciudad de A Coruña.
El despliegue "informativo" y "de análisis" del suceso carecen de justificación, no sólo informativamente sino también desde un punto de vista ético.
Todos los trabajadores de La Voz de Galicia SA hemos sido o nos hemos sentido insultados o afectados en mayor o menor grado por algunas de las declaraciones e iniciativas adoptadas por el presidente del Dépor, Augusto César Lendoiro, pero todos somos conscientes de que las simplezas y las salidas de tono de Lendoiro son fruto de una pugna ajena a nosotros y, por descontado, tanto los trabajadores que todavía siguen en plantilla como los ya despedidos, prejubilados o jubilados hemos hecho el esfuerzo debido para no confundir Lendoiro y club.
Los responsables de La Voz de Galicia SA, obsesionados con la persona de Lendoiro e incluso con su familia, están dañando gravemente la imagen y el prestigio del Deportivo... ¡Y de La Voz!
¿Por qué los rectores de La Voz de Galicia SA dedican a los problemas que arrastra el Dépor una atención informativa-desinformativa que multiplica hasta por 10 la que prestan a los chanchullos de otras empresas que causan muchísimo más daño a la economía y a la sociedad gallegas, o a otros asuntos que sí son de probado interés para el futuro de las personas en general y de la sociedad?
El espectacular y avinagrado tratamiento otorgado al embargo de los ingresos del Dépor, demuestra que ExVoz acierta al afirmar que los responsables del Grupo Voz han perdido el norte, las proporciones y la sensatez necesarias para conducir con éxito una empresa.
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NOTA: Los seguidores del Dépor yerran al imputar a los redactores de la sección de deportes la responsabilidad de las andanadas anti-Lendoiro, pues confunden la empresa La Voz de Galicia SA con sus trabajadores. Los miembros de ExVoz nunca hemos escuchado manifestaciones de odio ni de animadversión anti-deportivista por boca de los redactores de deportes.