12/7/12

Santiago Rey ha superado el aislamiento de Gary Cooper en "Solo ante el peligro"

Durante la última semana hemos recibido una treintena de correos insistiendo en dos cuestiones:
--- Primera, ¿cómo es posible que el propietario de La Voz permita una gestión tan desastrosa?, y
--- Segunda, ¿acaso no hay ningún directivo que informe con rigor al propietario de la situación real del periódico, tanto en lo económico como en lo tocante a la pérdida de credibilidad?
Con respecto a lo primero, todos y cada uno de los que hemos trabajado o trabajamos en La Voz sabemos con mayor o menor detalle que Santiago Rey Fernández-Latorre fue un empresario modélico en tanto permitió que la gestión de la sociedad y la dirección informativa fueran responsabilidad directa de los profesionales (Alcañiz y Díaz, por ejemplo).
Luego, casi todo fue a peor y solo durante el breve período en el que Emilio y Santiago Rey Berguer (los hijos) asumieron el control del grupo hubo un intento de marcar un camino y asumir retos; con errores, cierto, pero es imposible saber qué hubiera ocurrido, pues Santiago Rey Fernandez-Latorre retomó el control (primavera del 2001) y los proyectos y criterios de sus hijos fueron deshechados e incluso radicalmente criticados por quienes 24 horas antes estaban aplaudiendo sus iniciativas.
Con relación a lo segundo, las experiencias e informaciones recabadas por los miembros de ExVoz nos permiten afirmar que desde que fue descabezada la "vieja guardia", sólo ha habido seis altos cargos del periódico que hayan sido capaces de dialogar y debatir con Santiago Rey Fernández-Latorre (o con sus hijos) con sentido del decoro profesional y sin miedo a contradecir las opiniones o deseos del propietario (relacionados por orden alfabético del apellido):  Manuel Areán LalínJoaquín Evia, José G. González AriasBieito RubidoErnesto S. Pombo Francisco Sánchez.
Se puede estar o no de acuerdo con las tesis y los criterios que han guiado o guían a esos seis profesionales, pero es obligado reconocer que desde que fue eliminada la "vieja guardia" han sido los únicos altos cargos que han intentado ejercer o ejercen sus funciones sin incurrir en el "si usted dice que debemos saltar por la ventana, saltamos..."
Hoy, sólo siguen en el Grupo Voz, Manuel Areán, que es amigo personal del presidente y ya es una institución en la empresa y Francisco Sánchez, director de la Fundación Santiago Rey Fernández-Latorre, que desde hace unos meses es víctima (en parte porque se niega a entrar en "guerras") de una sorda y lenta pero eficaz marginación en la toma de decisiones.
Salvo Areán y Sánchez, la actitud del resto de los actuales altos cargos frente a Santiago Rey Fernández-Latorre es, resumiendo, de sumisión por interés: Mientras usted esté contento y nosotros hagamos lo que nos interese personalmente... Tanto es así que también disfrazan la realidad, o se la inventan.
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ENLACE a "Carta abierta al presidente y editor de La Voz de Galicia", por Francisco Corbeira.